viernes, 20 de diciembre de 2013

Trabajo de futuro


Hoy me gustaría hablar acerca del tema de la base, pero desde un punto de vista diferente al que lo he hecho en otros artículos. Me centraré más en hablar de la importancia que tiene no cargar a los más pequeños con competiciones y cómo debe actuar un entrenador desde mi punto de vista para que el ciclista sea capaz de desarrollarse de la mejor forma posible tanto dentro como fuera del ciclismo.
El tema de trabajar con la base en un deporte como el ciclismo, que lleva herido bastantes años, es muy complicado. Apenas  hay niños que quieran (o más bien puedan por permisos "superiores") practicar este deporte. Hay mucho riesgo de caída y de tráfico, aparte de que hay que invertir una cantidad de dinero considerable en material. Éso, junto a que muchos intentan vender el ciclismo como un deporte donde todos se dopan, provoca que los padres no quieran que sus hijos monten en bicicleta y acudan a las escuelas de ciclismo. Así que no nos queda otra que trabajar con  los pocos que tenemos para intentar mantenerlos. Poco a poco, si las cosas se hacen bien, irá saliendo gente nueva y ya se sabe, de la cantidad sale la calidad, pero solo si conseguimos atraer a gente, y éso, como decía, hay que hacerlo correctamente.
Hablaré en primer lugar de la importancia que tienen las escuelas de ciclismo para todos aquellos que quieren adentrarse en el mundo del ciclismo. Estos lugares son específicos para la práctica del ciclismo, que suele tener a gente cualificada para poder entrenar. Estas escuelas creo que son las que más trabajo deben hacer por la base, intentando captarles. Pero, lo más importante, es que sepan entrenarles. Enseñarles a ir a rueda, a rodar en grupo, a ponerse de pie, manejar correctamente los desarrollos...  También deberían enseñarles la función del líder y del gregario. Considero fundamental en la formación de cualquier ciclista que sepan cuál es la distinción de las labores, sabiendo los motivos por los que a un ciclista se le escoge como líder y el resto debe trabajar para él, eso deben tenerlo claro para evitar llevarse algún porrazo con el paso de los años. Deben saber lo que es sacrificarse por el compañero, y no deben enfadarse porque otro ha ganado y él no, deben alegrarse por la victoria del compañero de equipo porque no dejan de estar en el mismo grupo y esto, en cierta manera, es un deporte de equipo. Y a estos pequeños no mandarles entrenamientos específicos, sino más bien juegos donde deban trabajar la técnica. Yo creo que lo ideal sería, primero, hacer una serie de ejercicios para saber cómo deben hacerlo y que, antes de nada, vayan cogiendo habilidad y, después, algún juego.
Carlos Sastre durante la disputa de una prueba junto al equipo Cervélo.
Respecto al tema de las competiciones, no veo normal que a los más pequeños se les obligue a buscar resultados. Eso no es lógico, deben disfrutar con un dorsal, no forzarse por llevar un dorsal. Las competiciones únicamente se deben usar para aprender a usar lo que se ha aprendido en los entrenamientos: ir a rueda, rodar en pelotón... Pero no veo un motivo por el cual debemos forzarles y obligarles a ganar, pues únicamente conseguiremos que acaben físicamente destrozados y obsesionados con la victoria, y todos sabemos que eso en un futuro quizá no muy lejano pasará factura. No es bueno que nadie se obsesione con la victoria, y mucho menos un chaval pequeño, así que no queramos crear ganadores antes de tiempo. Primero crear las bases, meterles en el ambiente ciclista y luego, cuando hayan crecido, estén bien formados y sepan manejar perfectamente la bicicleta, adelante, a por las victorias.

Otro factor muy importante es el de tener la ayuda correcta. Muchas veces se peca de pensar en exceso en los problemas que puede acarrear la práctica del ciclismo, como las caídas o el tráfico en el ciclismo de carretera, además de los famosos prejuicios que mucha gente le pone a este deporte debido a las noticias negativas que aparecen en algunos medios de comunicación. Éso afecta a que haya muchos padres que prefieran que sus hijos estén jugando a algún deporte de equipo como el fútbol. No es que yo tenga nada contra ese deporte, pero tenemos el inconveniente de que, mientras a ellos casi me arriesgo a decir que les sobra gente, en el ciclismo estamos a la captura de niños. Y solamente porque algunos hayan intentado que este sea el deporte más vigilado. Quizá no se ha sabido manejar de la forma correcta, no lo sé, pero el hecho es que son las noticias negativas las que aparecen en los medios y las que hacen recapacitar a la gente para que se pongan manos a la obra con las bicicletas. Esas noticias hay que tomarlas casi "con pinzas". En el fútbol también hay casos de doping, de eso estoy seguro, también tienen riesgo de lesiones y, todo sea dicho, supongo que también tendrá sus momentos de satisfacción, como todos. Quizá sea un deporte más completo que el ciclismo, o por lo menos creo que da más fuerza, pero el ciclismo tiene un encanto del que estoy seguro que los niños que vengan se quedarán alucinados. Pero necesitan el apoyo de los padres. Yo les animo también a ellos para que, si no son practicantes, se pongan el culote y el maillot con sus hijos y se animen a empezar a pedalear con la gente de la escuela, enseguida estarán "picados" con el ciclismo y entenderán las necesidades de sus hijos. Así lograremos que haya más practicantes en este deporte y, poco a poco, conseguir sacarlo a flote de esta crisis que está padeciendo desde hace unos cuantos años.
Y, antes de resumir el artículo, me gustaría hacer una aclaración. No es lo mismo el significado de la palabra campeón que el de la palabra ganador. Me explico. Un campeón es aquel que admite las derrotas, que es regular y constante en sus entrenamientos, que se alegra por la victoria de sus compañeros y un deportista (en este caso ciclista) al que no se le caen los anillos por trabajar para otro compañero de su equipo que tiene más ventajas que él en algún momento concreto para llevarse la victoria. Os pongo un ejemplo. Para mi gente como Carlos Sastre o Miguel Indurain son campeones. Ambos han sido regulares en sus entrenamientos y han sido capaces de trabajar para otros corredores. Éso les sirvió para que, cuando ellos fueron los líderes y tenían a todo el equipo para ellos, saber cómo exigirles.
En resumen, vamos a saber tratar a nuestros pequeños. Vamos a ser capaces de tratarlos correctamente, de enseñarles todos los valores que tiene el ciclismo, a enseñarles a ser ciclistas y a formarlos para que, en futuro, puedan darse caña y obtener victorias.

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