martes, 22 de julio de 2014

Marcha MTB Navalmoral de la Sierra-Ruta de las Callejas

El domingo día 20 de julio se celebró en Navalmoral de la Sierra (Ávila) la IV MTB Ruta de las Callejas, con una buena participación. Había dos opciones para participar, una corta de 25 kilómetros y otra larga de 37. En la primera el vencedor fue Ivan Pérez, del C.D Navaluenga, empleando un tiempo de 1h20'23", mientras que el primer clasificado en la larga fue Francisco Mancebo (Skydive Dubai), con un tiempo de 1h38'13". Mientras tanto, otros muchos participantes estuvimos allí pedaleando y haciendo lo que buenamente podíamos.
De entre esos participantes se encontraban mi padre, asiduo en este blog con las pruebas de la BH Contour y algún artículo, mi tío y el que escribe esto. Yo voy a hablar de lo que a mi se refiere, porque a estos dos únicamente los vi hasta el segundo kilómetro, luego ya dejé de verlos. Espero no aburriros.
La verdad es que nunca me había metido en un pelotón ciclista de carretera, menos en uno de montaña, y menos todavía en una carrera de BTT. Lo mío, pese a que soy aficionado al ciclismo, es competir en atletismo, mi deporte favorito y que está por encima de este. Sin embargo, ahora me encuentro de parón un mes y participar en esta marcha suponía seguir con mi descanso activo, así que, a pesar de ser muy consciente de dónde me iba a meter, opté por apuntarme y salir con la única intención de no irme al suelo. Fijaos hasta qué punto iba a ser precavido que dije que iba a disputar el último puesto, y no iba a dejárselo a nadie.
Tras arreglar un pequeño problema con mi cadena (gracias a Miguel por conseguir sacarla) nos ponemos mi padre, mi tío y yo juntos atrás del todo, yo por lo menos pasaba de meterme en el grupo para darme tortas. Con muchísima puntualidad (según el GPS salimos a las 10:01), nos ponemos en marcha para completar los 37 kilómetros que teníamos los inscritos a la larga, algo menos los de la corta. Los primeros kilómetros eran, para alguien tan patoso como yo, bastante técnicos. En más de una ocasión tuve que poner pie a tierra porque veía que si seguía montado acabaría clavando los dientes en el suelo, y no era plan. Tengo que agradecer desde aquí la paciencia que tuvo el ciclista de la organización que venía cerrando. Creo que los dos íbamos pensando lo mismo: iba a llegar no último, sino ultimísimo. Una vez completados más o menos los primeros ocho kilómetros, parecía que el terreno empezaba a estar algo mejor, no tuve que bajarme tanto de la bici. Los primeros diez kilómetros los pasé en una hora justa, lo que me dio a pensar que realmente iba a estar muchas horas encima de la bici. Seguí rodando, con algo más de comodidad pero teniendo que bajarme en más de una ocasión de la bici y salir corriendo. Así, entre subidas y bajadas, tanto del terreno como de la bici, logré llegar al primer avituallamiento. Tras comer algo, me uní al grupo que iba a arrancar, llevaba muchos kilómetros rodando solo y apetecía ya no hablar, solo ver ciclistas. Solo fuimos unos pocos metros juntos, luego nos fuimos separando poco a poco. ¡Otra vez solo! Seguí como buenamente pude, salvando las bajadas peligrosas (que estaban avisadas cuando empezábamos a bajar gracias a unos carteles) y las subidas, algunas en bici y otras corriendo. Fue a partir de este avituallamiento cuando empecé a pasar a algún ciclista, lo que me daba a pensar que tampoco iba tan mal y que no estaba perdido por la sierra abulense. Hacia el kilómetro 23 nos encontramos con un cruce: a la izquierda era el recorrido corto, y a la derecha el largo. ¿Qué hacer, corto o largo? Estuve dudando, pero me decanté por el largo. Me comentaron que si hacía el corto estaría en Navalmoral en 20 minutos, pero haciendo el largo tardaría mínimo otra hora. Ya llevaba dos horas y cuarto y había que pensárselo bien.
Con Paco Mancebo, ganador de la marcha larga.

La subida al puerto por Navalmoral fue, para mi, algo complicada, aunque estuvo bien comparado con lo que ya había pasado. Algunos tramos los tuve que subir caminando, mi escaso nivel no me permitía ir subido. Una vez arriba, un tramo bueno de bajada y, después, uno técnico (otra vez a bajarme de la bici y a pasar como pudiera) para luego coger otro camino bueno. Y aquí vino el problema. Resulta que ya bajando, pasado el camino, entré en un tramo de cemento y me pasé una salida que había a la izquierda. Otro ciclista que venía delante se paró cuando entramos en el pueblo. ¿Por dónde ir? Optamos por tirar recto a ver qué pasaba. Dimos a la carretera, y entramos directos a la Plaza... pero en dirección contraria a la meta. ¡J.....er! Total, que no figuramos ninguno de los dos en la clasificación, y de los 37 que le salieron a mi padre y a mi tío solo hicimos 33,5. ¡J...er! Total, que acabé con 33,48 kilómetros según el GPS en 3h15'59", a una media de 10,25 km/h y 143 pulsaciones medias. Picando en enlace de los kilómetros podréis ver la ruta que hice yo, teniendo en cuenta que el final no es el de la marcha, sino el que hice yo por perderme. Prometo fijarme más otra vez.
Pese a todo, muy buena marcha y la organización genial. No es la primera vez que voy a eventos deportivos en tierras abulenses (las otras dos veces fue corriendo, la primera también en Navalmoral, en una prueba popular y la segunda en el Cross de Ávila, y la verdad es que siempre he acabado contentísimo con la organización, independientemente de cómo fuera mi carrera. Allí sí que saben montar eventos deportivos. Respecto al tema de perderse, no lo achaco a la organización, aunque podría estar mejor señalizado el cruce donde nos perdimos, sino más a mi por no fijarme en ese tramo. Me emocioné en la bajada... Desde aquí, yo os animo a participar para otra ocasión.
Y, por cierto, agradecer a Paco Mancebo, ganador de la larga (al que no vi en toda la ruta) que accediera a hacerse una foto conmigo.

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