Ya sé que este título no pega mucho con lo que voy a hablar, pero bueno, también tiene un poco que ver. Como todos sabéis, Carlos Sastre está corriendo el Giro de Italia con el Cervélo y, a excepción de ayer, cuando se metió en la escapada, no ha tenido mucha suerte que digamos: cuando no se ha caído, ha pinchado, cuando no ha pinchado, ha perdido tiempo y, sino, las tres cosas a la vez. Pero aún no ha llegado el terreno donde él puede destacar: la montaña.
Hoy, Vinokourov, Nibali, Basso, Garzelli y Scarponi, entre otros, han recuperado cierto tiempo, pero a él no parece importarle.
"Hemos visto que los corredores italianos, junto con Vinokourov, están fuertes y no perdonan ningún día. Han atacado en la parte final para sacar unos segundos. Yo no he estado con ellos porque, en ese momento, aunque estaba delante, se ha estrechado la carretera, ha habido un pequeño corte y no he tenido posibilidad de reaccionar", dice el corredor abulense, quien asegura que se lo ha tomado con tranquilidad. ¿Cuál es la razón? Había muchos ciclistas con los equipos de los sprinters que, en tería, son quienes tenían que controlar la etapa.
¿Cómo ha sido la etapa de hoy? "Una etapa bastante llevadera”. “Hoy se ha notado que la gente estaba cansada por el esfuerzo de los últimos días y la salida ha sido tranquila. Luego se han puesto a trabajar los equipos de los sprinters para tratar de llegar al sprint. Posteriormente no ha sido así, pero bueno, ha sido otro final bonito para el espectáculo y para nosotros tampoco cambia en principio nada”, añadía el abulense.
Carlos, que va octavo en la general a poco más de siete minutos, está esperando a que llegue su terren, la montaña (que, por cierto, empieza el sábado, es decir, pasado mañana). “Tengo ganas ya de llegar a las etapas de montaña en las que creo que se va a decidir este Giro de Italia”, concluye.
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