(Alejandro el Webmaster es el de la camiseta de Alberto Contador)
MANUEL HERRERA. La mayor parte de las ciudades de Europa lleva varios años potenciando el uso de las bicicletas para desplazarse por los núcleos urbanos. La asociación zamorana «Amigos de la bici» lucha desde hace varios años para que la ciudad de Zamora sea uno de estos lugares donde circular en bicicleta sea lo más normal del mundo, y a la vez muy cómodo para quien lo haga. Su presidente, Fernando Mesonero, explica que «las medidas tomadas recientemente son buenas, pero no suficientes. Debemos seguir mejorando, sobre todo en el sentido de acondicionar la ciudad para que el tráfico de las bicicletas sea más fluido y, sobre todo, más seguro».El principal problema y lo que más dificulta el tránsito es la ausencia de señales que indiquen, tanto a peatones, como a conductores, como a los propios ciclistas por donde pueden ir las bicicletas.» Hay muchos ejemplos en este sentido, explica Mesonero. Esta mala señalización es una constante por todas las zonas de la ciudad. Los mayores problemas surgen en las zonas del casco antiguo de la ciudad, donde se encuentran un gran número de calles peatonales y semipeatonales y en ningún momento se especifica por donde pueden circular los ciclistas y por donde no. Además, Mesonero considera que «la señalización de estas zonas semipeatonales es absurda, ya que da preferencia a los coches sobre los peatones y ciclistas, y eso puede llegar a ser realmente peligroso, sobre todo para la gente que es de fuera», comenta.Otro inconveniente son los obstáculos que en ocasiones tienen que sortear los ciclistas para poder circular de una manera fluida por la ciudad. «Aparte de los peatones que a ciertas horas impiden ir montado en la bicicleta, existe el problema de las terrazas en medio de las calles, los alcantarillados y demás problemas que pueden provocar caídas y accidentes», lamenta el presidente de la asociación «Amigos de la bici».No acaban aquí los trastornos, ya que como indica Mesonero, «otra norma que se ha instaurado y que es casi imposible de cumplir es la que prohíbe candar la bici en farolas, en árboles, y en cualquier clase de mobiliario público», comenta. «Apenas hay zonas habilitadas para poder anclar tu bicicleta. Entonces, ¿qué hacemos?, ¿nos exponemos a que nos roben la bici o a que nos pongan una multa? Es absurdo».Mesonero expone también la necesidad de mejorar tanto el «anillo verde» (carril bici por dentro de la ciudad) como el tejido verde (carril que une el anillo verde con la salida de la ciudad). Pese a ello, explica que «está bien impulsar este tipo de recorridos, pero lo que de verdad anima a la gente a coger la bici es el hecho de poder moverte con comodidad por la ciudad. A eso debemos aspirar».Esta asociación ha impulsado una ruta que se realiza todos los viernes lectivos por la zona antigua de la ciudad. «¡Todo sea por la bici!», concluye Mesonero.
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