jueves, 26 de febrero de 2009

BH Contour 6.4, 400 kilómetros



Ya (o todavía sólo) tiene más de 400 kilómetros mi BH Contour 6.4 y, aunque no son muchos, puedo sacar algunas conclusiones. En general os diré que estoy bastante satisfecho con la burra, pero vamos a analizarla punto por punto.
  • Cuadro y horquilla: Muy bien. Rígido cuando pedaleas, pero al mismo tiempo noto que amortigua más que mi antiguo cuadro de acero cromoly tretubi Gara. La carretera de Almaraz, con un asfalto rugoso y molesto, se pasa mucho mejor y los resaltes en el asfalto para que no corran los coches también son más cómodos. El sillín no se baja, aunque al subirlo la tija estaba mordida en la parte delantera. Dos marquitas claras que quedan visibles... y qué le vamos a hacer.

  • Pintura del cuadro: Qué vamos a decir después de 400 kilómetros. He tenido una muy desagradable experiencia con el desviador que os contaré un poco más adelante. La pintura ha resistido el roce de la cadena en la mayor parte de los puntos, pero obviamente no ha podido con el eslabón atrancado entre los platos y el cuadro. La pintura parecía peor de lo que he observado hasta ahora, pero habrá que ir viendo cómo evoluciona.

  • Manillar y potencia: El manillar sigue pareciéndome corto en la parte inferior. No se ha movido y no aparecen ruidos en esa zona. Es suficientemente ancho y se mueve bien cuando uno pedalea de pie.

  • Palancas de cambio-freno: Impecables. Aunque al principio parecían muy largas, uno se acostumbra rápidamente. Actúan como cabría esperar de ellas.




  • Cuentakilómetros: El Sigma 2006 parecía una de las peores cosas de la bici en un principio por la aparente dificultad para regularlo. En cuanto uno lo usa y se acostumbra a él cambia el concepto. Lo de poder colocarlo en la potencia en lugar de en el manillar es un gran adelanto, ya que uno puede volver a agarrarse en la parte central del manillar para pedalear con tranquilidad, como en los viejos tiempos. Lo de tener en pantalla la altura, el pulso, la velocidad y otra función (que suele ser la distancia recorrida) es también muy informativo, y el altímetro parece razonablemente exacto. La medición del desnivel acumulado es mucho menos desesperante que la de mi anterior cuentakilómetros con altímetro de Lidl, que contaba de 20 metros de cada 3o y no siempre. Además, se me debe haber arreglado el corazón, porque el pulso ya no salta como me ocurría con el anterior pulsómetro, un Sigma PC6 con diecitantos años de vida (bueno, yo en realidad creo que este sensor es más preciso y no sufre tantas interferencias). En su contra diré que de vez en cuando (pero muy poco) deja de marcar la velocidad, supongo que serán interferencias producidas por las antenas de móviles o similares, y que como no te coja el pulso al principio te puedes pasar toda la vuelta sin verlo. No he vuelto a encontrarme con aquello de que si no lo ponías en marcha nada más activarlo no te marcaba la velocidad, serían cuestiones de mi impericia inicial.
  • Cambio trasero: Shimano 105. Sin problemas, funciona suave y preciso.

  • Sillín: Un sofá. A pesar de lo ligerito, duro y chiquitín que es, el San Marco Ponza cumple de maravilla. Yo siempre fui de Selle San Marco y sólo he hecho una leve incursión en los de Selle Italia gama media-baja con la que no estuve demasiado conforme. Ahora, cuando comparo el San Marco Ponza con el Selle Bassano de la MTB y con el Selle Italia que se rompió en el accidente de Alejandro, me acuerdo de aquellos otros dos sofás: El Aero (que tuve que retirar porque se agrietó la piel, y que al parecer ya no se fabrica) y el Rolls, al que cambié la piel una vez y seguía siendo comodísimo. El Ponza no desmerece en nada a estos otros dos, por supuesto sillines San Marco.

  • Pedales: Los Look Keo cumplen perfectamente. Muy bien lo de que las calas tengan goma y no hagan tanto ruido, también parecen dañarse menos al caminar con ellas. La holgura lateral al principio resulta un poco incómoda, pero luego te permite llevar el pie siempre en la postura más apropiada. Una buena idea eso de las calas grises. Además, he visto que algunos bicicleteros llevan unas fundas de goma para poner en las calas cuando caminan y de esa forma no se estropean. A pesar de ser aparentemente menor la superficie que en las delta el pedaleo es cómodo y uno se acostumbra pronto a llevar el pie más cerca del eje del pedal.

  • Ruedas: Nada que objetar. Van suaveeess, suaaaveeessss, y supongo que contribuyen a la rigidez y amortiguación generales de la bici. Me tengo mis dudas sobre los bujes, porque como veréis a continuación los fallos de la bici están en las piezas no-Shimano, pero hasta el momento no puedo decir nada. Si me hubiese gastado unos cuantos euros más me habrían puesto unas Shimano, pero...

  • Desarrollos compact: No acabo de estar muy contento con ellos. Suelo pedalear con una cadencia de pedaleo alta, más cerca de las 100 rpm que de las 90, y eso era muy cómodo con un 52/39 o 52/42 adelante y 13/23 (8v) atrás. Ahora, por cuestiones de línea de cadena, para mantener entre 30 y 35 kms/h tengo que poner plato grande y se me atasca un poco. Supongo que para las marchas será más funcional, pero me parece más difícil hacer que las marchas sean tranquilas. Imagino que tendré que acostumbrarme.
  • Bielas/Platos: Vistas desde arriba las FSA me recuerdan a las MoBic que llevaba mi Orbea Laser, y que me encantaban estéticamente. La impresión que tengo es que la cadena no encaja en ellas con tanta suavidad como en las Shimano RX100, pero no lo tengo claro. También albergo mis dudas sobre si tendrán que ver con el problema del desviador, del que os hablo más abajo.
Y ahora, lo que no va como a mí me gustaría: Frenos y desviador delantero.
  • Frenos: Me han dado un par de sustos. Uno recuerda la suavidad y firmeza de los Shimano RX100 con nostalgia. Parecen frenar bien si no se les exige, pero cuando aprietas la maneta a fondo notas como la bici no se detiene tan rápido como uno estaba acostumbrado. El tacto es, en ese momento, excesivamente blando, como si la zapata no fuese eficaz a la hora de cumplir con su función. En frenadas normales cumplen con su cometido, pero en un despiste casi me trago un coche, y otra vez que tuve que apurar la frenada también pasé un poquitín de miedo. Ya sé que poner los 105 habría subido el precio, pero quizás unos Tiagra habrían sido una buena opción. O montar las zapatas de los 105.
  • Desviador: Se me ha salido tres veces la cadena al intentar cambiar del plato grande al pequeño. Sí, ya sé que las bicis nuevas necesitan ajustes, pero yo creo que en la anterior la cadena se me saldría como mucho dos veces en 51.000 kilómetros. Tengo un mosqueo monumental porque en la última ocasión la cadena quedó entre la vaina y los platos y al intentar girar las bielas ha dañado la pintura del cuadro. Estoy por preguntarle a mi mecánico si esto entra en garantía y pedir que me lo vuelvan a pintar. Hombre, que una cosa así no se hace... Vale, sí, soy de los que ponen la cadena sacando el desviador sin bajarme, lo reconozco. Y sé que quién más quien menos todo el mundo tiene marcada la vaina derecha, pero con cuatrocientos kilómetros como que da una penilla... Quizás sea que el desviador Shimano 105 y las bielas FSA no se llevan del todo bien, y quizás si la bici llevase las 105 eso no ocurriese, pero me imagino que los señores de FSA tendrán eso controlado y tal vez se arregle con unos ajustes. Ahora, que como me falle en Medina...
  • El ruidito fantasma: Y es que cuando doy pedales la bici tiene un ruido como si rozase en algún sitio y no tengo ni la más remota idea sobre de dónde puede venir. En un principio parecía que lo hacía más con el plato pequeño, pero ahora también me pasa con el grande. Lo consultaré con el mecánico cuando lo lleve a la primera revisión. No es molesto, pero yo soy de esos maniáticos que quieren que su bici vaya perfecta.

Ya os contaré cómo va con mil kilómetros cuando haya hecho la marcha de Medina el próximo mes de marzo, y cómo se portó allí.

Si queréis ver la primera prueba de la BH Contour 6.4, pincha aquí.

Para la de los 800 kilómetros, pica aquí.

Para ver la prueba de los 1.300 kilómetros, pincha.




2 comentarios:

Geralt dijo...

Me ha parecido muy interesante y detallada vuestra prueba. Además, me ha venido de perlas, pues estoy considerando seriamente pasarme a la carretera y tengo esta bici como probable candidata para ello. Su mejor baza sobre el papel frente a la otra gran candidata, la Orbea Gavia, es el cuadro con tirantes de carbono. Sin embargo, la Orbea monta mejores componentes (desviador Shimano 105, cambio Ultegra, plato Shimano R600, tija de sillín de carbono...) pero tiene los tirantes de aluminio. Después de leer vuestra prueba y ver que precisamente los componentes de gama más baja de la BH (como el desviador) os han dado algunos problemas, estoy en un dilema y no sé si decantarme por la Orbea. ¿Algún consejo? Gracias y enhorabuena por el blog.

Alejandro dijo...

Hola querido Geralt:
Soy Alejandro, el webmaster. Lo primero es decirte que muchaaasss gracias por decir que el blog está bien. Respecto a la bici, en la prueba de la BH Contour 6.4 800 km que publiqué (bueno, que publicó Juan Carlos) verás que los problemas ya están solucionados. Ahora, tras la primera revisión por el mecánico, la bici va muuyy bien. Los tirantes y la horquilla de carbono la aligeran mucho y contribuyen a que la marcha sea más confortable. Dice Juan Carlos que una tija de carbono puede dar más problemas si la aprietas en exceso. NOsotros estuvimos mirando la Orbea, y tiramos por la BH. De todas formas, tenemos 2 mountain bike BH, una Bh de paseo con 28 años y la Contour.
Ánimo y no se te ocurra caerte, que no veas cómo se pasa sin tres meses sin montar. En la UCI no te cuento...