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jueves, 2 de junio de 2011

Contador y sus victorias

Me acabo de enterar de que a Contrador se le pueden ir todas las victorias que haya acumulado en el 2011 por aún el famoso clembuterol y el solomillo. ¿Qué es esto? Yo creo que aquello ya pasó a la historia, Alberto no debería ser sancionado, ha demostrado, como tiene que ser, que no es culpable. ¿Cómo? En el asfalto, demostrando que era el mejor en el Giro de Italia, mantiendo de maravilla el maillot rosa, dejando ganar las etapas al resto, pero mantiendo la corsa rosa. Desde luego, yo creo que sí conviene que gente como su hermano Fran, que es, además, una persona muy relacionada con el trabajo de Alberto y con el propio Alberto, tienen mucho que ver, pero, en el caso del hermano de Fran Contador, lo mejor es demostrar todo en el asfalto, demostrando que no se va dopado y que has sido el mejor en el Giro, por ejemplo, gracias a muchas horas de rodajes, de series, de horas acumulando kilómetros, de dejar, quizás, muchas cosas por la bicicleta.
Pero, tras este Giro y la noticia esta, yo me pregunto: si han visto a Contador esforzarse, ver que ha sido el mejor, ¿por qué siguen con eso? Yo creo que lo mejor sería dejarlo en paz y no truncarle su carrera profesional. Aún es joven y podrá ganar muchas más cosas.
Recordando un poco "viejos tiempos", nos vamos a ir al Tour de Francia del 2010. ¿Qué pasó con Alberto? ¿No os parece que sufrió como nunca en aquella contrarreloj donde pudo perder el liderato? La verdad es que una de las mejores muestras de que Alberto no consumió nada, fue la agonía que parecía que iba pasando en el Tour. Los que habéis competido en ciclismo sabéis cuál es la dureza de una carrera ya de un solo día, y aún más de una de tres semanas como es el Tour. Yo, personalmente, sufro lo mío en atletismo, y solo soy Cadete.
Por eso, creo que a Contador no se le podrían quitar las victorias de este año. Ya se cometieron muchas injusticias con otros corredores como Alejandro Valverde, así que, yo creo que con Alberto debería empezar una nueva época en la que sólo a los culpables de verdad y, reitero, a los de verdad, a los que de verdad dan positivo, habría que sancionarlos.

domingo, 25 de julio de 2010

Alberto, el Tour y la punta del sillín

Se acabó. Alberto Contador ha vuelto a ganar (y van tres veces) el Tour. Es tiempo para la reflexión y el análisis, lejos de esa forma de ser tan ibérica que sube a los cielos a quien gana y pisotea sin piedad a quien pierde. Como ocurrió con la selección de fútbol, la victoria de Alberto ha estado pendiente de un hilo, y tanto pudo ganar como perder. ¿O no?

Las cosas comenzaron bien. En el prólogo, una ventaja de 41 segundos a Andy Schleck que ya aparecía como el máximo aspirante a la victoria. En las primeras y peligrosas etapas una caída le produjo unos daños de los que poco nos han hablado, posiblemente para no dar pistas a los rivales. Después, la ausencia de esa contra-reloj llana que solía haber en la primera semana y mucha montaña pero sin salvajadas como el Zoncolan o el Angliru. Puertos que se suben, en los que se sufre, pero sin esas pendientes en la que uno tiene la impresión de que se va a dar en las narices con el suelo.

Alberto, en contra de lo que algunos esperaban, no sentenció el Tour en la primera semana, ni en la segunda, ni en la tercera. Sólo soltó a Andy, quien pronto confirmó que era su principal rival, en las durísimas rampas de Mende, la única licencia que el recorrido dio a las rampas infernales. Tuvo, por cierto, una renta exigua. La tónica del resto fue siempre la misma: Los dos juntitos, uno atacaba, el otro se iba detrás, y ninguno de ellos era capaz de soltar al otro. Al final todo se decidió en una sorprendente contra-reloj de la que hablaremos más adelante.

Claro que lo más sorprendente no fue la contra-reloj. Carlos Sastre puso el dedo en la llaga cuando dijo algo así como que este Tour era una cosa de niñatos, y no se refería a lo jovencitos que son los cabezas de cartel. Se refería a los parones en la carrera motivados por circunstancias azarosas, que tanto pueden beneficiar a uno como al otro, que han llevado a que la carrera enlenteciese su marcha en alguna ocasión y un buen número de críticas a Alberto Contador por no esperar a Andy Schleck ante una presunta avería mecánica que no fue tal.

En una de las primeras etapas Andy dio con sus huesos en el suelo y el pelotón tuvo que pararse a esperar. Todos llegaron juntitos y sólo Sastre se atrevió a recordar que cuando él se fue al suelo en el Giro en los últimos kilómetros de una etapa los demás salieron zumbando para sacarle la mayor distancia posible. Que se lo pregunten a Alex Zulle cuando se vio con el culo lleno de flores o a Joseba Beloki cuando tuvo aquella terrible caída en la que Armstrong descendió sin ningún miramiento por el patatal haciendo algo parecido al ciclo-cross. En ciclismo, cuando se está jugando el triunfo, no se espera ni al mecánico y menos al principal rival.

Quizás esperar tras una caída pueda ser admisible aunque no compartamos la postura. No lo fue la reacción del público frances, de "eruditos" periodistas y de una buena parte de la gente de la calle que, contagiada por esta nueva visión del ciclismo de alto nivel, vio una traición en el ataque de Alberto cuando Andy se confundió al cambiar las marchas y la cadena se bloqueó en su cambio trasero para salirse posteriormente por el plato. Contador, que vio que su rival se quedaba atrancado tras lanzar un poderoso ataque, arrancó y se marchó a la antigua usanza. Al día siguiente era motivo de conversación en casi todos los corrillos, con la pertinente discusión de si hizo bien o hizo mal. Ese ataque de Alberto le colocó por delante en la clasificación general, lo que hacía que saliera el último en la contra-reloj teniendo en todo momento las referencias de su rival. Y eso, a la postre, resultó crucial para que pudiera ganar el Tour.

En la crono todos los guiones previstos saltaron por los aires. En las primeras referencias el tiempo de Andy amenazaba peligrosamente la diferencia de 8 segundos que había entre los dos. Llegó a estar a 1 o 2 segundos de Alberto en la general y Contador no parecía el de otras veces. Confieso que pensé que perdía el Tour el último día. Al final todo se arregló, sacó 31 segundos a Andy y acabó de amarillo en París donde, afortunadamente, este año sí sonó el himno nacional.

Poco se ha hablado de la contra-reloj. Alberto dijo que lo había pasado muy mal, cuando llegó a meta estaba exhausto, vacío, roto. Nos han hablado de problemas estomacales y él ha hablado de sufrimiento físico y psíquico a lo largo de este Tour, pero lo que nadie nos ha explicado es por qué a cada pedalada se iba escurriendo en el sillín de forma que cada cuatro vueltas a los pedales tenía que levantar el culete y volver a subirse en la parte trasera. Esto que parece tan poca cosa pudo ser una justificación oculta de su bajo rendimiento. ¿Por qué ocurría esto?

Una contra-reloj es un esfuerzo agónico. El ciclista va a tope desde que sale hasta que llega. Sus músculos y su cabeza sólo están centrados en funcionar al máximo nivel. El corazón va a tope, las piernas también, la postura es muy incómoda pero tiene que ser así para que el viento haga el menor daño posible, la bici ha sido diseñada a medida para la ocasión, y los 52 kilómetros que se recorren en poco más de una hora parecen eternos. Cualquier cosa que no funcione correctamente puede romper el delicado equilibrio que un esfuerzo así necesita, y eso pudo ocurrir con la adecuación del cuadro a Alberto o, simplemente, el reglaje del sillín.

Haced vosotros mismos la prueba. El sillín tiene que ir horizontal, si la punta está más baja os iréis continuamente hacia adelante como le ocurrió a Alberto y si está más alta la incomodidad será evidente. Probad a ir con la punta más baja que la parte trasera, y notaréis cómo con las pedaladas os vais hacia adelante. Si intentáis ir a tope veréis cómo rompe vuestro ritmo. Cuando las diferencias son de menos de un segundo por kilómetro cualquier pequeña desventaja se convierte en un mundo.

De todas formas, Alberto no iba bien. No ha ido en este Tour como en los anteriores. Se le notaba cansado en las entrevistas iniciales, a veces como ausente. Ha llegado muy justito de fuerzas al final y ha salvado los muebles con oficio. Ya van tres en el zurrón, esperemos que haya más. Nunca fue, ni será, fácil ganar una carrera de estas por mucho que Armstrong se empeñe en que los que vinieron después no estaban a la altura, y para llegar de amarillo a París hay que sudar, y mucho, la camiseta. ¡Enhorabuena, Alberto!

miércoles, 9 de junio de 2010

Sastre sufre una hernia discal


El ciclista abulense, del que soy un gran admirador, sufre una hernia discal desde el pasado Giro de Italia, más concretamente desde la séptima etapa.
Carlos lo conoce desde ayer por la mañana, gracias al resultado de la resonancia magnética, que aquella lesión de espalda en una de las caídas del Giro le iba a traer problemas. Esta lesión está poniendo en duda su participación en la carrera que ganó en el 2008, el Tour de Francia.
"Lo único que tengo claro ahora mismo es que, en teoría, tengo tiempo para recuperarme y poder estar en el Tour, pero tampoco quiero obsesionarme con anda. Coincido con lo que ha dicho el mánanger del equipo: lo más importante es mi salud y poder hacer mi trabajo en condiciones normales. No pienso ir lastrado al Tour desde el primer día. Si al final tomo la salida será porque no tengo ninguna molestia", ha manifestado el del Cervélo.
Ayer estuvo con si fisioterapeuta. Dice que "él es optimista. Piensa que con su trabajo puede controlar el espacio para que el disco no roce con el núcleo nervioso. "Dice que con una serie de ejercicios, una alimentación adecuada y una buena recuperación podemos conseguirlo", ha dicho Carlos.
Para el de El Barraco, esta semana es importantísima. "Vamos a ver cómo van las manipulaciones con el fisio. Puedo sacrificar unos días de entrenamietos más, pero tampoco muchos. No quiero hacer ningún tipo de presagio sin saberlo. Yo quiero correr el Tour, pero estos dolores tienen que desaparecer para que eso sea posible. La zona del golpe ha mejorado porque no estoy haciendo los esfuerzos que hacía en el Giro, pero me lo quier tomar con tranquilidad, sin imponerme ninguna meta".

ASÍ ES EL GIRO CON UNA HERNIA
Carlos estuvo, como dije antes, desde la séptima etapa con la hernia discal. Se le torció todo. En la segunda etapa ya estuvo en el suelo. “Fue una caída dura. Se iba muy deprisa y recibí un golpe muy fuerte del corredor que venía por detrás, al que no le dio tiempo a frenar. Eso provovó que las caderas y las últimas vértebras lumbares sufrieran un desplazamiento", dice el abulense. “Llegué al autobús del equipo con fuertes dolores en la zona lumbar. El fisio trató de colocar las caderas, la pelvis y las últimas vértebras lumbares sin mucha fortuna, porque estaba todo muy inflamado y era muy difícil descontracturarlo”, añade.
Al día siguiente no podía hacer fuerza. “Quería ir para alante pero no podía. Me sentía impotente, pero al mismo tiempo feliz porque perder 45 segundos cuando podía haber perdido ocho o diez minutos, para mí fue una satisfacción muy grande”.
Pero, el día de descanso estuvo con el fisio y así poder desbloquearle las vértebras y darle la movilidad. “Eso me sirvió, aunque sufrí mucho y sólo pude pasar al relevo, para poder estar en la contrarreloj por equipos con mis compañeros”.
Pero en la séptima etapa llegó lo malo. “Rápidamente noté que me había hecho daño, tanto en el gemelo izquierdo como en la espalda. Sobre todo en la herida. Un corte profundo, con pérdida de carne, en la última vértebra lumbar. Cuando estás caliente, notas las molestias pero no te das cuenta de la realidad, pero cuando cuando llegué al hotel el fisio comprobó que tenía un fuerte golpe en la zona lumbar, tanto pelvis, como cadera, como vértebras en malas condiciones. Poco a poco me fue manipulando de forma suave para no hacerme más daño del que ya tenía. Al día siguiente en el Terminillo acabé satisfecho al perder poco más de un minuto con los mejores, porque en un puerto de esas características sin poder hacer fuerza, la verdad es que es una sensación francamente mala. Al día siguiente tuve el pinchazo y, aunque ya tenía muchas ganas, seguía sin poder desarrollar la fuerza que yo quería hacer sobre la bicicleta. Sobre todo arrastraba muchas molestias lumbares”, relata Sastre.
“Después de la caída de la séptima etapa sentía como si tuviera un puñal clavado en el costado, por encima de la cadera izquierda, y notaba radiaciones que me bajaban por ambas piernas, tanto por el cuádricep exterior como por la parte exterior de la pierna hasta los tobillos. En esas condiciones hice hasta la etapa del Zoncolan prácticamente. Tuve que abrir las calas de las zapatillas y dejarlas completamente sueltas porque al llevar los pies rectos me provocaba un fuerte dolor en los glúteos, porque me estaba presionando el nervio ciático y me impedía pedalear con facilidad”, continúa.
Pero, a partir del día de descanso notó cierta mejoría: la espalda no la sentía tan bloqueda pero a nivel muscular veía que no trabajaba en las condiciones idóneas. “Todo esto ha provocado que no me encontrase bien en todo el Giro de Italia, independientemente de que hubiera llegado con pocos días de competición, que a lo mejor puede haber influido también en el resultado".



viernes, 14 de mayo de 2010

"Espero recuperar las buenas sensaciones"


El del Caisse d´Espargne estará en el Tour de Picardie, que comienza el viernes en la localidad francesa de Boué y finalizará el domingo 16 de mayo en Sissone, después de haber estado 37 días sin competir. Allí, Iván espera volver a tener unas buenas sensaciones.
"Creo que estoy a un buen nivel y espero que mi participación en el Tour de Picardie me permitirá recuperar la confianza, así como las buenas sensaciones que he tenido a principios de la temporada europea en la París-Niza", dijo el cántabro.
Tuvo que retirarse del Circuito de la Sarthe por unas alergias que padecía. "Tuve que bajarme porque me molestaban demasiado las alergias que padecía desde hace unas semanas. Junto con mi equipo decidimos que era inútil continuar en condiciones similares y que era mucho mejor descansar y recuperar antes de volver a competir", admitió el ciclista español.
Una cosa que ha sido fundamental para Gutiérrez ha sido el inicio de la primavera. "Ahora, y en gran parte gracias a la lluvia de los últimos días, se va pasando la alergia y me encuentro bastante bien. Llegó la hora de volver a correr en pelotón", resaltó.
Iván irá cogiendo forma en las próximas competiciones para poder llegar bien a sus dos grandes objetivos: el Tour y la Vuelta. "Nada más acabarse la carrera francesa iré a entrenar en altura para preparar el Tour de Suiza donde ultimaré mi preparación en vista de los campeonatos de España y del Tour de Francia, donde espero llegar al cien por cien de mi condición", finalizó.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Purito irá al Tour de Francia


"Purito" Rodríguez va a poder participar por vez primera en la más grande de todas: el Tour de Francia. Lo hará posible con el Katusa. Tiene 31 años y esta será su primera participación. "Estoy ilusionado por competir en una prueba tan importante. El objetivo que me planteo es lograr una victoria de etapa", dijo el ex del Caisse d´Espargne.
Joaquim ya ha tenido una concentración con su nuevo equipo, y ya conoce cuál será su calendario para 2.010. La primera vuelta en la que quiere disputar la general es la Volta a Cataluña, que en 2010 adelanta sus fechas a marzo, sobre lo que ha precisado que "correr en casa siempre motiva". "Después de la Tirreno Adriático debo llegar en forma a la Volta",